martes, 14 de abril de 2009

CONCHA ESPINA



Viví unos años cerca de la parada de metro Concha Espina, Línea 9 de Madrid.
Hasta julio del 2002, no leí nada de esta escritora. Debuté con Altar Mayor, una novela premiada.
En marzo del 2003 leí Despertar para morir, novela publicada en 1910. Esta obra tiene un par de ventajas para mi: una, que tengo un volumen de la colección Crisol de Ediciones Aguilar, año 1949, papel biblia,,, etc. La otra, es que constantemente la puedo leer, pues olvido personajes y situaciones con gran facilidad. Ésto me permite descubrir una nueva novela cada vez que me dan ganas de leerla (tres o cuatro veces al año) y doña Concha me cuenta sus historias con el mismo entusiasmo que yo vuelvo a releerlas, una vez olvidadas.
Tengo un recuerdo más nítido de unos cuantos individuos que viven alrededor de la parada de metro, sobre la avenida Príncipe de Vergara, a la que demasiados continúan nombrando General Mola. Señores con chaquetas de corte austríaco sobre los hombros y gafas Rayban, modelo Generalísimo, y señoras a juego. La flora y fauna del barrio mostró su perfil más sórdido entre los años 1996 hasta el 2004, ambos inclusive.
Lástima que ninguno tenga aspecto de haber leído a Concha Espina, esa señora conservadora que da un poco de lustre a mi antiguo barrio. Los habituales de hoy solo son un grupete de franquistas despistados por los periódicos que leen,,, etc.

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